sábado, 31 de mayo de 2008

TEMPEST II


ETERNA DENSIDAD

¡oiga! Y mucha... muchísima densidad. De eso no cabe la menor duda.. pero, al igual que digo DENSIDAD digo ETERNIDAD. El montaje de Leni Ponifasio/Mau me ha recordado a mis años mozos, cuando servidor estudiaba en la Escuela de Arte Dramático y, en las clases de cuerpo, me pedían agarrarme a una idea y explotarla al máximo durante tres horas... ¡Claro! De mostrar los ejercicios ni hablábamos, pero esta compañía se ha atrevido a hacerlo. Para mí ha sido eso: una retahíla de ejercicios al más puro estilo Eugenio Barba sin pies ni cabeza... Supongo que el director tendría claro lo que quería expresar... lo malo es que el público me temo que no lo ha captado..

¡Y como te digo una co te digo la o! Porque los intérpretes de semejante paranoia experimental eran buenos, buenos... que ya le gustaría a uno tener ese dominio corporal y esa concentración casi mística... pero, sinceramente, prefiero plantarme en el centro de un círculo de personas en un mercado medieval a lanzar hojas de lechuga a mis compañeros, que hacer semejante pastiche.

Y eso que el espectáculo tiene una factura perfecta, y ya no solo en lo que a intérpretes se refiere. En él hay imágenes bellísimas, una iluminación estupenda (salvo por la ausencia de frontales y el exceso de contras), unas proyecciones discretas pero efectivas y un vestuario resultón... pero he echado de menos el mando de mi DVD para multiplicar la velocidad por 2, por 4 o por 8... hubiera visto un espectáculo decente, pero en 20 minutos, que sería lo suyo.
Y todavía me pregunto... ¿por qué demonios, en lugar del tradicional telón, tenían bajado el cortafuegos del teatro? Pensé que le iban a dar juego... No sé... creo que pienso demasiado...

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