jueves, 12 de junio de 2008

DON QUIJOTE CONTRA EL ANGEL AZUL


SIN SENTIDO

Que Don Quijote de la Mancha emprenda un viaje a París para destruir al gigante rosa (molino rosa) porque en su lugar de la mancha (por cierto, con mar) van a construir un aeropuerto, puede valer. Que al llegar a París se encuentren un cabaret (muy bien montado, eso si), también... lo que ocurre la hora y media restante no tiene ningún sentido. Y menos el personaje de Quijote.

El montaje de la Compagnie Jérôme Savary me ha cabreado solemnemente. Si me dicen que voy a ver un cabaret pues lo veo y punto. Pero no me metas a mi querido personaje Alonso Quijano en todo este embolado. Para mí ha sido una humillación de tan digna figura de principio a fin. Sentí vergüenza ajena y me alegré de que el pobre Miguel de Cervantes estuviera muerto para que no viera lo que habían hecho con su ingenioso hidalgo.

El cabaret, pasable, pero repetitivo y aburrido. Las turgentes tetas de la protagonista (una especie de Dulcinea) se convertían en los dos ejes de la representación (eje izquierdo y eje derecho). Humor zafio. Crítica política a medias y sin sentido. Un aburrimiento.

Pero si hay algo que no soporté fueron los saludos en los que el director se luce y habla de sus actores como si de una especie de gala de Operación Triunfo se tratase.

Deleznable

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